
Explora la ruta de patrimonio andalusí en Castilla-La Mancha y sumérgete en la belleza y la historia de su legado islámico. Descubre siglos de influencia cultural y arquitectónica que enriquecieron el arte y la cultura en la región.
De norte a sur y de este a oeste Castilla-La Mancha nos descubre medinas, castillos, alcazabas, murallas, palacios, mezquitas, baños públicos, fuentes, aljibes, paisajes... Un viaje en el tiempo y en el espacio para ver, sentir, oler, saborear y escuchar la riqueza de un legado cultural único. Al-Ándalus moldeó el actual mapa Castilla-La Mancha, y los itinerarios de estos Caminos de al-Ándalus nos permiten disfrutar de un bello, rico y sorprendente patrimonio material e inmaterial.
El itinerario V de la ruta, Omeyas, almohades y calatravos en la Mancha, es uno de los diez que atraviesan las cinco provincias de la región y nos descubre el pasado andalusí y los paisajes históricos del Campo de Calatrava.
Estamos en una de las comarcas más singulares de Castilla-La Mancha. La ruta recorre los paisajes históricos del Campo de Calatrava, al sur de la provincia de Ciudad Real, por tierras que formaron parte de la poderosa Orden de Calatrava desde mediados del siglo XII, y cuya herencia islámica, militar y religiosa se puede sentir en cada rincón.
De fortalezas islámicas a castillos cristianos
Durante los siglos IX al XIII, el Campo de Calatrava fue una zona de frontera clave entre el mundo islámico y los reinos cristianos, atravesada por la ruta principal que conectaba Córdoba con Toledo. Esta posición estratégica favoreció la creación de un poblamiento islámico rural y disperso, concentrado en torno a husûn (fortalezas rurales). Es el caso del Castillo de Caracuel, testimonio de la defensa andalusí, el hoy Parque Arqueológico de Alarcos, epicentro de grandes batallas, o la antigua medina de Qalā’t Rabāḥ (Calatrava la Vieja), punto clave del islam en La Mancha.
Una ruta de ejércitos y arquitectura almohade
En el siglo XII, el imperio almohade dejó una fuerte huella en esta región. Sus ejércitos utilizaban una variante del camino hacia Ṭulayṭula (Toledo) pasando por el Puerto del Milagro (Alhover). En esta vía se alzan restos de fortificaciones como el Castillo de Miraflores, con muros de tapial islámico característicos; las fortalezas de Salvatierra y Eznavezor, al sur del Campo de Calatrava, que protegían los pasos hacia el Campo de Montiel y Sierra Morena; o el Castillo de Bolaños de Calatrava, modelo de arquitectura feudal calatrava.
Convivencia de culturas y legado andalusí
Tras la batalla de las Navas de Tolosa (1212), la victoria cristiana no supuso el fin inmediato de la diversidad religiosa. En muchas de estas tierras, las minorías musulmanas (mudéjares) permanecieron con apoyo de la Orden de Calatrava, al menos hasta la prohibición definitiva del islam en 1502. Esta convivencia dejó una profunda huella cultural que sigue viva hoy.
Sabores con historia: la gastronomía andalusí del Campo de Calatrava
El legado de al-Ándalus en estas tierras también perdura en la gastronomía tradicional. Ingredientes como la berenjena, traída desde Oriente en época islámica, han encontrado su máximo exponente en productos como la famosa berenjena de Almagro, hoy convertida en símbolo de identidad manchega y protagonista de múltiples rutas gastronómicas.
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